Usuarios destacaron
la serie de aspectos positivos que tuvo para sus vidas esta experiencia,
haciendo de la elaboración y mantención de cada huerto un espacio de encuentro
y aprendizaje.
Con
éxito se desarrolló el cierre del programa Huertos Familiares que desarrolla
Fundación La Semilla y la empresa Colbún, en las comunas de San Esteban y Los
Andes. Gracias a la capacitación recibida, un total de 30 personas construyeron
sus propias platabandas con cultivos orgánicos, incentivando de esta forma el
consumo de alimentos saludables y la comercialización de sus hortalizas.
La
actividad, que se desarrolló en la Sede Vecinal Las Vizcachas de Los Andes,
comenzó con un taller de evaluación, a cargo del equipo de Fundación La
Semilla, donde se revisaron los distintos aspectos de este proceso. Además, los
usuarios entregaron diversas propuestas a futuro, con el fin de fortalecer el programa
durante el 2018.
Posteriormente
se llevó a cabo un taller de cocina, a cargo de Disan Castro, quien preparó
diferentes platos con los cultivos cosechados por los beneficiarios de Huertos Familiares, quienes apreciaron este
proceso junto con el área profesional de Colbún.
Después
los presentes conocieron el emprendimiento “Dulce Sabor” de Marisela Herrera y
Luisa Contreras, quienes tras participar en este programa decidieron dedicarse
a la preparación y venta de comida saludable gourmet, a través del sistema “Food
Truck”. Las emprendedoras ofrecieron degustaciones de fajitas saludables y también
propusieron comprar los productos de los usuarios de Huertos Familiares, para así
apoyar a estos productores locales.
Al
finalizar la jornada, se entregaron los respectivos certificados a los
participantes de este proceso, contando con la presencia del sub gerente del
Complejo Aconcagua de Colbún, Mauricio Orellana González.
Cabe mencionar que
los beneficiarios se mostraron felices y muy entusiasmados tras participar del
programa Huertos Familiares de Fundación La Semilla y Colbún, iniciativa que
también contó con el apoyo de Europlán, empresa que donó los plantines que más
tarde se convirtieron en cultivos orgánicos. Los usuarios destacaron la serie
de aspectos positivos que tuvo para sus vidas esta experiencia, haciendo de la
elaboración y mantención de cada huerto un espacio de encuentro para las
familias campesinas.
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