Hilda
Puebla vive en el Paradero 17 de Hijuelas y hace más de 10 años asiste al
Centro de Apoyo a la Discapacidad, ubicado en la Casa Central de Fundación La
Semilla. Conoce y siente un especial afecto por esta institución inspirada en
la obra de Don Bosco, por ello desde un principio pensó que viajarían a
Santiago para participar del encuentro con el Papa Francisco, quien visitó
nuestro país esta semana. Ella quería vivir esta experiencia, porque en 1987,
producto del fallecimiento de un familiar, no tuvo la oportunidad de ver a Juan
Pablo II.
Y
después de 31 años pudo cumplir su sueño, luego de que fuera parte de las 28
personas de Fundación La Semilla que el pasado martes viajaron hasta el Parque
O’Higgins de Santiago, para participar en la Misa por la Paz y la Justicia, presidida
por el Santo Padre.
A
eso de las 4 horas se reunieron en la Casa Central, conformando una comitiva
integrada por jóvenes voluntarios, monitores, pacientes del Centro de Apoyo a
la Discapacidad, integrantes de las organizaciones Sembradoras de Esperanza y Flor
de Masas, además de personal administrativo y colaboradores en general de la
fundación. A eso de las 6 horas llegaron a la capital, donde esperaron la
llegada de Francisco.
Para
Hilda Puebla este viaje resultó una experiencia muy emocionante. “Es algo que
posiblemente no vuelva a vivir, fue algo muy lindo, quedé llena de bendiciones
y gozo. Estuve muy cerca de él, como a unos tres metros de distancia, porque
alcancé a verlo cuando pasó en el Papa Móvil. Y la misa fue algo muy bonito
para el alma, aparte que él dijo muchas cosas que están pasando, como las
injusticias, todo eso se queda y después uno reflexiona”, expresó la integrante
del Centro de Apoyo a la Discapacidad.
El
grupo representante de Fundación La Semilla estuvo muy cerca del Papa Francisco
cuando llegó al Parque O’Higgins, para luego participar activamente de la Santa
Misa, recogiendo cada mensaje del Sumo Pontífice, haciendo de este viaje un
momento muy especial para todos los presentes.
Además, las palabras
del líder de la Iglesia también reflejan el espíritu de Fundación La Semilla,
institución que por medio de su trabajo ha cambiado la vida de muchas familias
vulnerables, aportando de esta manera a la inclusión y la justicia social, especialmente
a través de la labor de sus centros.
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